Vaginismo
Es la imposibilidad constante o casi constante para una mujer de ser penetrada por su pareja, debido al miedo incontrolable de la penetración. Es mucho más frecuente de lo que se imagina.
Que es lo que sucede?
La característica esencial es la contracción involuntaria, de manera recurrente de los músculos perianales del tercio externo de la vagina, frente a la introducción del pene. La contracción puede ser desde ligera (produciendo rigidez y malestar) hasta intensa (impidiendo la penetración). Algunas mujeres que padecen este problema pueden gozar de juegos sexuales, e incluso alcanzar el orgasmo, por la vía del clítoris, siempre que no se produzca la introducción del pene en la vagina.
¿Cómo se manifiesta?
El vaginismo de toda la vida tiene habitualmente un inicio repentino, se manifiesta durante los primeros intentos de penetración vaginal o durante el primer examen ginecológico. El vaginismo adquirido puede aparecer de repente, en respuesta a un trauma sexual o a una enfermedad médica.
Causas
Las causas más frecuentes son:
Educación durante la infancia demasiado desvalorizante con respecto a la sexualidad, (prohibición al desnudo, al sexo, a la masturbación....).
Culpabilidad por caricias incestuosas o pedófilas durante la infancia.
Debido a violencias sexuales sin distinción de edad.
A veces, no se encuentra ninguna causa para explicar el problema.
Posibles Tratamientos
Contrariamente a lo que se pueda pensar, esta es la disfunción sexual que mejor se cura y que da el porcentaje más elevado de casos positivos luego del tratamiento:
Las técnicas de relajación muscular muestran una buena opción para tratar el este problema.
También se recomienda el usar dilatadores de goma o de plástico de tamaño consecutivo, comenzando por el más pequeño durante 10 minutos dentro de la vagina y así progresivamente. Pueden utilizarse dilatadores rectales para jóvenes, que son más cortos y producen menos molestias. Es muy recomendable que la misma persona que sufre el problema sea quien se coloque el dilatador.
Realizar ejercicios de contracción muscular de la zona vaginal mientras el dilatador este colocado, lo cual ayuda a tener control de estos músculos. Estos ejercicios consisten en contraer los músculos perivaginales tanto tiempo como sea posible y después relajarlos mientras se concentra en la sensación que esto produce.
La dilatación gradual debe realizarse al menos tres veces a la semana, en el hogar o supervisada por el Médico o Matrona. La persona debe realizar un procedimiento similar con sus dedos dos veces al día.
Cuando se pueda introducir dilatadores mayores sin molestias, se intenta la relación sexual. Esta técnica suele eliminar la ansiedad en ambos compañeros y facilita la comunicación acerca de temas sexuales.