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Estrías en el Embarazo

El cuerpo se prepara lentamente para el parto durante el transcurso del embarazo. A este respecto, la piel se estira cada vez más. Especialmente en los últimos meses del embarazo se pueden formar estrías en la piel, también denominadas “estrías del embarazo” (striae gravidarum).

El estiramiento de la piel a lo largo del embarazo y el hecho de que los tejidos se desgarren en muchos puntos hace que con el tiempo se formen estrías onduladas en las caderas y el vientre así como en los pechos y las nalgas, primero rosadas y después de un color azul rojizo (striae distensae). Cuando se producen durante el embarazo también se llaman “estrías del embarazo” o striae gravidarum.

Las estrías no son peligrosas, aunque pueden resultar antiestéticas y afectar a la autoestima de una mujer. De hecho, muchas mujeres sufren en el momento en el que descubren que tienen estrías.

Las estrías no se pueden prevenir completamente. Pero hay medidas preventivas que ayudan a reducir el riesgo de que aparezcan estrías muy marcadas. Además, existen recomendaciones que ayudan a reducir la visibilidad de las estrías una vez que se han presentado. Lo importante es recibir el tratamiento adecuado.

Las estrías no solamente se desarrollan durante el embarazo, también pueden ocasionarlas otras influencias, por ejemplo:

  • El crecimiento durante la pubertad

  • Un aumento rápido y significativo del peso

  • La ingesta de determinados medicamentos (glucocorticoides)

Origen, aspecto y evolución

Las estrías del embarazo (striae gravidarum) que se forman en el vientre discurren normalmente de arriba a abajo, mientras que en los pechos se desarrollan de forma radiada hacia el pezón. En ocasiones afectan incluso a los brazos y los muslos. Las estrías tienen una longitud aproximada de uno a varios centímetros y pueden medir hasta dos centímetros de ancho. Asimismo, presentan una superficie irregular. Las primeras estrías no suelen ser visibles antes de la semana 16 de embarazo; de hecho, generalmente se forman hacia el final del embarazo.

El tejido conjuntivo se encarga de que la piel se mantenga elástica. Este tejido se compone de una fina red de fibras colágenas. Si la piel se estira en exceso, las fibras se rompen produciendo finas grietas en la hipodermis (capa más profunda de la piel). La piel de vientre, caderas, senos y muslos está sometida a un notable estiramiento durante el embarazo: la hormona cortisol, que se libera en mayor cantidad durante el embarazo, es la responsable en este tiempo de que el tejido de la hipodermis sea menos elástico, por lo que puede desgarrarse con más facilidad.

Después del parto, las estrías del embarazo se difuminan y adoptan un color blanco grisáceo, si bien no desaparecen del todo.

Prevención activa

Las estrías del embarazo no pueden prevenirse al 100%. Si aparecerán o no, y con qué intensidad, depende, sobre todo, del tejido conjuntivo de la embarazada, aunque también son importantes otros factores como, por ejemplo, un aumento de peso considerable durante el embarazo. Las mujeres con un embarazo múltiple, o que esperan un bebé especialmente grande, también tienen un mayor riesgo de sufrirlas.

No obstante, existen distintas medidas que pueden reducirlas estrías del embarazo e incluso evitar que se formen. Para ello, estas medidas deben empezar a aplicarse en los primeros meses del embarazo, a ser posible antes de que se observen los primeros cambios físicos. Lo más importante es aumentar la elasticidad de la piel.

Durante el embarazo, la piel es menos elástica y puede rasgarse con mayor facilidad, por lo que el tejido conjuntivo necesita cuidados especiales.

Medidas que pueden aplicarse para reducir el riesgo de sufrir estrías del embarazo:

  • Piel hidratada: utiliza cremas hidratantes.

  • Masaje: relájate con un masaje diario en el vientre.

  • Sujeción del tejido conjuntivo: utiliza durante el embarazo sujetadores que sostengan bien el pecho para no cargar el tejido conjuntivo.

  • Duchas de contraste: las duchas de contraste matutinas estimulan la circulación sanguínea.

  • Peso: sigue una alimentación sana y procura no engordar demasiado. Durante el embarazo se considera normal un aumento de peso de entre 9 y 12 kg.

  • Actividad física: haz deporte con regularidad, por ejemplo, gimnasia o natación o yoga.

Masajes

Masajea tu piel, preferiblemente después de la ducha con la piel todavía ligeramente húmeda, para prevenir las estrías del embarazo (striae gravidarum). Hidrata la piel con aceites (por ejemplo, aceite de jojoba, aceite de germen de trigo, aceites con vitamina E o aceite de almendra) o cremas para evitar que el tejido se desgarre con facilidad.

El denominado masaje de pellizcos es ideal para relajar el tejido conjuntivo y activar la circulación sanguínea de la piel. Antes de empezar, aplica un poco de crema o aceite corporal en el vientre. A continuación, pellizca un poco de piel entre el pulgar y el índice, estírala ligeramente hacia arriba y vuelve a soltarla. Sigue masajeando la piel de este modo por todo el vientre a excepción de la zona del pubis para no irritar el útero. Este masaje debe repetirse con regularidad para que puedan notarse sus efectos positivos. Lo ideal sería que tu ginecólogo o tu matrona te enseñara previamente cómo hacerlo.

Como alternativa, también puede practicarse un masaje con cepillo o un masaje con el guante de crin. Utiliza el guante bajo la ducha haciendo círculos suaves alrededor del ombligo. A continuación, hidrata la piel cuidadosamente con cremas o aceites.

Cuando estés a tres semanas de dar a luz, los masajes deben ser más suaves. Y si eres propensa a tener contracciones prematuras, deberías prescindir del masaje.

Estas agradables caricias para el cuerpo y el alma no solamente son beneficiosas para la mamá, sino también para el bebé.

Tratamiento

Una vez aparecen, las estrías del embarazo (striae gravidarum) nunca desaparecen del todo ni tampoco se pueden eliminar con ningún tratamiento, aunque adoptan un color más disimulado. Si las estrías han quedado muy marcadas después del parto, existen remedios para mejorar el aspecto de la piel.

Consulta con el dermatólogo acerca del tipo de tratamientoque mejor se adapte a tu caso particular. Existe la posibilidad de aplicar geles especiales e incluso tratar las estrías con láser. Así, por ejemplo, el tratamiento conocido comodermoabrasión consigue alisar suavemente la superficie de la piel, al igual que un peeling, con el fin de atenuar irregularidades.

Tú misma puedes contribuir a reducir las molestas estrías siguiendo estas sencillas medidas:

  • Realizar deporte regularmente.

  • Masajes del tejido conjuntivo.

  • Duchas de contraste.

  • Cuidados intensos con crema o aceite.

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