La ovulación y el deseo de tener hijos
Determinar cuándo tiene lugar la ovulación y con ello cuáles son los días fértiles, no solo sirve para prevenir el embarazo, sino también para la planificación familiar natural. Si se tiene un ciclo regular, la mujer es fértil cinco días antes y dos días después de la ovulación. Los espermatozoides pueden sobrevivir algunos días en los órganos sexuales femeninos, de modo que pueden “esperar” a que tenga lugar la ovulación. De lo contrario, el ovocito sobrevive hasta 24 horas, por lo que a su vez este también puede “esperar” a los espermatozoides.
La ausencia de ovulación durante un periodo de tiempo prolongado puede deberse a diversas causas:
Trastornos alimenticios (sobrepeso o bajo peso debido a laanorexia nerviosa o la bulimia)
Estrés
Trastornos físicos (orgánicos)
Problemas psicológicos
Deportes extremos
Alteración del ritmo diurno y nocturno
Si estas causas se pueden descartar o eliminar y se sigue sin ovular, en algunos casos el médico puede provocar la ovulación artificialmente con ayuda de medicamentos. En la inseminación artificial (FIV) también se estimula la ovulación.
¿Niño o niña?
A menudo surge la pregunta de si es posible influir en el sexo del hijo deseado con ayuda de la ovulación. Es un hecho que en determinados momentos de los días fértiles la probabilidad de engendrar una niña o un niño es mayor. Así pues, los espermatozoides portadores de un cromosoma X (es decir, la predisposición para una niña) viven más tiempo que los que portan un cromosoma Y (es decir, la predisposición para un niño). Además, también son más lentos, ya que el cromosoma X es más grande y pesado que el cromosoma Y.
Si la ovulación tiene lugar poco tiempo después de la relación sexual, la probabilidad de engendrar una niña es mayor, ya que en ese momento el número de espermatozoides “femeninos” y duraderos (con cromosoma X) está multiplicado. La mayoría de espermatozoides “masculinos” ya han muerto.
Si la ovulación tiene lugar alrededor del momento de la relación sexual, la posibilidad de engendrar un niño es mayor, ya que los espermatozoides “masculinos” (con cromosoma Y) se encuentran antes en el lugar adecuado.
Pero estos hechos no son más que meros puntos de referencia, ya que también intervienen otros procesos. Así pues, puede ocurrir que un espermatozoide “masculino” llegue primero al ovocito, pero no pueda atravesar su membrana debido procesos químicos complejos y, que en lugar de él, lo haga un espermatozoide “femenino” que llegue después. Además, los espermatozoides hacen pausas con distinta frecuencia y duración en su camino hacia el ovocito y, en último término, la duración de la vida del óvulo también desempeña un papel fundamental.
Por lo tanto, no es posible determinar por uno mismo el sexo del niño al 100%.